Programa HOREB de Interioridad

» Equipo: Carmen Jalón y colaboradores: Pilar Barrios, maestra de Educación Primaria; Guido Gómez, profesor de Bachillerato; y especialmente Victoria Pérez, profesora de Educación Secundaria. Y veinticinco educadores de todas las etapas educativas de los colegios Escolapias, San Agustín, San Valero, Virgen del Carmen, Inmaculada Concepción y Santo Domingo de Silos de Zaragoza y Dominicas La Anunciata de Tudela.

Hablamos de un Programa de “Mindfulness y Tradición cristiana”, porque todo el trabajo de C.C. Jalón quiere mantener esa referencia. De un lado, las aportaciones que en los campos de Mindfulness y especialmente de Compasión se han ido haciendo en los últimos años y, por otra parte, las intuiciones, vivencias y enseñanzas reflejadas por el Papa Francisco en su Carta Encíclica Laudato Sí, sobre el cuidado del Planeta Tierra o Casa Común y de los que habitamos en ella.

La crisis ecológica es una llamada a una profunda conversión interior (LSí n.217) y es necesario cultivar actitudes que movilicen un cuidado lleno de ternura y generoso (LSí n. 220). El objetivo principal del Programa Horeb es crear hábitos de interiorización y cuidado amoroso para recuperar “los distintos niveles del equilibrio ecológico: el interno con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con todos los seres vivos, el espiritual con Dios” (LSí n.210)

El itinerario pedagógico está basado en los Padres y Madres del Desierto, se estructura en 40 sesiones de unos 5 minutos cada una. Son prácticas sencillas de gran potencial si se aplican de forma sistemática.

Ejemplo de una de estas prácticas:

Tabla 1. Cuidado de la naturaleza: formamos una gran familia (sesión nº37).

Ritual inicial:

0.00 Mientras suenan tres veces los crótalos, vamos cerrando los ojos, colocamos la espalda recta y hoy dejamos los brazos sueltos al lado del cuerpo, hacemos un par de respiraciones cada uno a su ritmo, focalizando la atención en el aire que entra y sale… focaliza la atención en tu postura, en los brazos relajados a cada lado del cuerpo. 0.50

Núcleo:

0.50 Imaginamos que cada uno somos un árbol y que todos nosotros juntos formamos un bosque. Cada uno sois un árbol, que te puedes imaginar como a ti te guste… tu tronco es el tronco del árbol, tus pies son las raíces que te sujetan firmemente al suelo y tus brazos son dos ramas fuertes de las que salen otras muchas ramas pequeñas y grandes y muchas hojas de los colores que tú quieras. 1.25

1.40 Ahora podemos coger aire lentamente a la vez que vamos moviendo, abriendo los brazos y vamos subiendo las manos, como estirándolas hacia arriba todo lo que podamos para poder coger mejor la energía del sol. Estiras tu cuerpo todo lo que puedas, como si todas las ramas quisieran tocar el cielo. Ahora expulsas el aire lentamente a la vez que suavemente vas dejando caer los brazos a los lados repartiendo la energía del sol. 2.30

2.49 Ahora repetimos y abrimos los brazos y a la vez nos imaginamos a todos los compañeros que también se habían convertido en árboles, como abren sus brazos para coger la energía del sol y luego, al espirar, se extiende por las ramas. Imaginamos que somos un bosque gracias al aire, al sol, al agua y a la tierra que nos han dado la vida durante cientos de años.

3.50 Las hojas de los cuadernos y de los libros que utilizamos, los tiques de las cosas que compramos, las sillas en las que nos sentamos o las mesas en las que comemos han salido de otros bosques que han crecido durante cientos de años en lugares distintos del planeta. Los árboles, como nosotros también tienen vida, respiran y crecen. ¡Qué bien estaremos si nos cuidamos unos a otros porque todos formamos una gran familia! 4.20

Ritual final:

4.25 (A medida que suenan tres veces los crótalos) Para terminar, vamos moviendo los pies, las manos, hacemos unas rotaciones con los hombros y abrimos los ojos y hacemos un suspiro. ¿Qué tal? 5.00